Se Repite la Historia

Una vez más, como ya es costumbre y tradición, una Selección Nacional de Guatemala queda eliminada de la eliminatoria a un Mundial.

Esta vez el turno fue de la Selección Sub-17 la cual inicio el proceso hace poco más de un año de la mano del técnico nacional Francisco Melgar y que concluyó el inglés Gary Stempel.

Cuando vemos los resultados y queremos encontrar culpables nos damos cuenta que es tan fácil encontrarlos, no porque sea evidente si no porque los resultados son el reflejo de todo lo malo que se ha hecho.

Creo que de todo esto los protagonistas reales, me refiero a los jugadores, son los menos culpables, aunque a la hora de estar en el terreno de juego son ellos los únicos responsables de su actuación y proceder.

El técnico, con un mes y días es muy difícil obtener resultados, sin embargo sí Stempel acepto el reto  de dirigir a una selección sin mucho tiempo ahora debe aceptar que de este fracaso también forma parte.

Un dirigente, miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Nacional de Fútbol, expresó al único medio que realizo el viaje a Jamaica para la cobertura del pre-mundial, que no había visto actitud en los jugadores y que su desempeño había dejado mucho que desear, algo que a mi parecer es culpar a los patojos para evadir la responsabilidad de los dirigentes en este fracaso. Luego de leer lo que el General Peláez dijo a Nuestro Diario no sabía si reírme o enojarme, pero al final de cuentas paso lo segundo.

Hasta que las personas que tienes a su cargo la administración y el desarrollo de nuestro bendito futbol, no empiecen a trabajar a conciencia y se preocupen por el crecimiento integral de éste las cosas no van a cambiar.

Sueldos al día, políticas de mercadeo; trabajo, real trabajo, en fuerzas básicas; torneos competitivos, y no que premien la mediocridad, son algunos de los tips que podrían contribuir.

Nuestra cultura mediática también es un problema, hay algunos medios de comunicación y periodistas deportivos que contribuyen al pobre funcionamiento del fútbol, futbolistas con pensamiento mediocre y acomodados también empobrecen el nivel futbolístico y los aficionados, quizá los menos culpables, pero culpables al fin.

Es momento de reflexionar y actuar con inteligencia. Necesitamos un verdadero proceso, no con resultados inmediatos sino con objetivos y metas trazadas a largo plazo. Necesitamos técnicos que vengan a trabajar con un plan en la mano y no técnicos que nos sigan vendiendo espejitos. Necesitamos un cambio en la forma de llevar a cabo nuestros torneos nacionales. Necesitamos seguir creyendo en que las cosas algún día cambiar y podremos gritar que “estamos en el Mundial”.