domingo, 31 de mayo de 2015

BRADLEY NUNCA SE RINDE



LUIS BRADLEY SE SUPO SOBREPONER DE UNA TERRIBLE ENFERMEDAD PARA CONTINUAR CON SU ACADEMIA

RUDY MARTÍNEZ
AL DÍA

La figura de aquel mediocampista firme, robusto, atento, con temple ha cambiado significativamente. Su semblante ya no es el mismo. La movilidad y la fuerza se han ido, pero la tenacidad, la entrega y el sacrificio se mantienen. Lo más importante: su sonrisa sigue intacta.

Luis Wellington Bradley se retiró del futbol profesional hace cinco años. La última camiseta que se puso fue la de Comunicaciones. Su adiós estuvo marcado por las lesiones y los problemas contractuales con la institución.


Fueron doce años de trayectoria, en los que disfrutó de levantar dos títulos de liga y uno de copa.
Luis nunca quiso alejarse del futbol y en el 2012 fundó “Haldon” su academia. Un sueño hecho realidad.

Todo iba muy bien, hasta que en noviembre del 2013 su vida empezó a cambiar drásticamente.
“De repente empecé a sentir la falta de coordinación, falta de fuerza, principalmente en el brazo derecho. Me preocupó poco y seguimos adelante, hasta que en un momento estaba jugado de portero, me desbalanceé y me caí”, recuerda Bradley como si hubiera sido ayer.

Tras varios estudios los médicos le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad que afecta el sistema nervioso central.

“Fue un gran cambio, ha sido un giro de 180 grados. He cambiado mucho en ciertos rasgos”, afirma el exfutbolista.

Sin embargo, lejos de caer y perder, Bradley comenzó una nueva etapa en su vida. Tenía nuevos retos, otros propósitos y personas por las que debía seguir en la pelea.

Es padre de Hally (7 años) y Brandon (12) a quienes cuida junto a su esposa Walda. “En el momento costó un poquito, pero he tenido la fortaleza que Dios da, la confianza y fe en que esto es un proceso y que es para un propósito”, menciona.

“Físicamente me cuesta, pero mental y espiritualmente estoy al cien por ciento. Cuento con el apoyo incondicional de mi familia, de mis amigos y de los papás de los niños de la academia”, reconoce Bradley.

La seguridad en sus palabras es convincente. Como todo guerrero no pierde la esperanza, a pesar de las adversidades.

“Me siento afortunado de tener vida, de ver a mis niños de la academia. Hemos mejorado como personas, hemos tratado de salir adelante, de enseñar a los niños parte de lo que vivimos y parte de lo que aprendimos”, comenta.

Luis tiene su academia en Boca del Monte, un lugar marcado como “zona roja” por eso cree que lo más importante es “alejar a los niños de cosas malas”, afirma.

Ahí pasa gran tiempo de su día, atiende a más de 30 alumnos de entre 4 y 15 años.
Su mano derecha en los entrenamientos es Wuesley, su hermano, quien le ayuda a movilizarse en la cancha y aplica todos los trabajos planificados en el día.

“Me sirve como terapia. Mi propósito es estar acá hasta donde Dios me lo permita y tratar de transmitir los conocimientos que algún día aprendí”.

Y así lo que para cualquiera tendría un final triste, se ha convertido para el exfutbolista nacional en un proceso que le ha dejado grandes enseñanzas y que le ha permitido encontrarle sentido a la propia vida.

“Esta etapa me ha demostrado lo valioso que es uno como ser humano.La fortaleza para continuar la encuentro principalmente en Dios, en mi familia y en mi amor propio como persona. Estoy agradecido con la vida y con todo lo que Dios me ha dado”, dice Bradley.

“He tenido la suerte de estar bien apoyado. Es difícil, pero nuestra forma de ser ha sido salir adelante, luchar con la ayuda de Dios. He sido bien fortalecido y paso a paso, poco a poco voy llevando este difícil proceso”, refiere con certeza.

Con su ejemplo, Luis Bradley pretende enviar un mensaje a todos. “Con la ayuda de Dios todo se puede. Mientras haya vida hay esperanza”.

Hoy vive a plenitud, disfruta cada momento de su vida. Es feliz junto a sus hijos y su esposa. Hace lo que le gusta. Ha realizado sus sueños y continúa sembrando la semilla de esperanza en sus alumnos. La enfermedad no es rival.

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MENSAJE
“Mientras haya vida hay esperanza y cuando se quiere se puede. Uno se cae y se levanta. A esta vida uno viene a luchar, para todo hay procesos, pruebas y dificultades, lo que podemos hacer es levantarnos y seguir adelante”.

SU ACADEMIA
“La academia trata de aportar al futbol, busca promover futbolistas que en su momento puedan cumplir un sueño como lo hicimos nosotros. Tenemos en vista a unos niños que tienen calidad humana para jugar al futbol”.

SUS AMIGOS
Rigoberto Gómez, Dwight Pezzarossi, José Contreras, Joel Benítez, David Guerra, Saúl de Mata, Milton Núñez, Erwin Morales, Carlos Figueroa, Tránsito Montepeque y los dirigentes, el licenciado Carlos Veliz y don Jorge Raúl García Granados siempre lo han apoyado, según mencionó Bradley.

*****************FICHA
Luis Wellington Bradley Gómez
Nacimiento: Guatemala, 5 de marzo de 1980
EDAD: 35 años
DEPORTE: Futbol
Equipos: Aurora, Mixco, Amatitlán, Comunicaciones y Selección Nacional.
Esposa: Glenda
Hijos: Brandon (12 años) y Hally (7)

*****************EN CORTO
Futbol: Todo
El amor: Fundamental
La Mujer: Estabilidad emocional
Un lugar: Guatemala
Un Club: Comunicaciones
Un libro: El Alquimista
Comida: Pollo a la plancha
Hobbie: Futbol

Un sueño: Ver crecer mi academia

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